Vivir sin producir: Peter Handke y Byung Chul Han

 

Han y Handke

“Quien no ha sabido nunca lo que es la duración / No ha vivido”.  Así recordamos los versos del poeta austriaco Peter Handke, que se encuentran en su libro Poema a la duración. Y es que parece extraño, pero este poema de Handke tiene una gran relación con algunas reflexiones que Byung Chul Han utiliza en su artículo “Todo corre prisa”, que se halla en el libro Capitalismo y pulsión de muerte, pues el pensador surcoreano menciona que nos hemos olvidado de disfrutar momentos que nos sumergen en la tranquilidad y en la calma, mismos que nos permiten contemplar y reflexionar la vida.

En este sentido, Byung Chul Han menciona que “la aceleración da nombre a la actual crisis temporal”, debido a que el silencio y las actividades pasivas e introspectivas son consideradas no positivas ni productivas para una sociedad que busca el rendimiento y un supuesto progreso que sólo acelera la vida.

Hoy apenas es posible tener la experiencia de la duración. El tiempo laboral no lo permite. No es un tiempo narrativo, sino aditivo, es más, acumulativo. La falta de duración nos crea la sensación de que hoy todo se acelera. Pero la causa de que se esté perdiendo la duración no es, como se supone erróneamente, la aceleración. Más bien sucede que el tiempo se precipita como un alud porque ya no tiene dónde asirse, porque nada otorga duración al tiempo. Aquellos puntos del presente entre los que, por ser meramente aditivos, no existe ninguna fuerza de atracción ni ninguna tensión temporales, desencadenan el arrastre del tiempo, que conduce a una aceleración sin dirección, es decir, sin sentido.

Byung Chul Han en su libro Capitalismo y pulsión de muerte.

Por tanto, la duración, según Handke y Han, ha desaparecido, porque los momentos breves que funcionan para contemplar o simplemente para disfrutar el instante, son considerados como vacíos o inutilidades.

No obstante, Handke aún cree que la duración puede tener un espacio en la poesía, porque es donde aún se pueden contemplar los recuerdos y los sueños. En este sentido, Peter Handke escribe que “la duración la he experimentado también viajando, / soñando, escuchando, / jugando, observando, / en un estadio, en una iglesia, / en muchos urinarios”.

Este tipo de acciones que son numeradas por el escritor austriaco tienen importancia para Byung Chul Han, porque todas las cosas que son señaladas en los versos tienen un sentido y un propósito para el poeta, que es otorgarle significado a las cosas que aparentemente no tienen importancia en una sociedad en donde el rendimiento es lo primordial.

Así, otorgándole sentido a los momentos que duran un instante, se logra dar un respiro al alma y recordamos nuevamente lo que es vivir sin la necesidad de producir.


La sacudida de duración,

ella, por sí sola, entona ya un poema;

da un ritmo sin palabras,

con el cual, ingrediente liberador,

late en mis venas el pulso de un poema épico

en el cual al fin vencerá el Bien.

 

Al posarse sobre mí la mano de la duración

se cierra la herida

de la que por primera vez soy consciente

al cerrarse.

 

El empujón de la duración es lo que

me ha faltado.

Quien no ha sabido nunca lo que es la duración

no ha vivido.

 

La duración no desplaza,

me coloca donde debo estar.

Saliendo de la luz de foco del diario acontecer,

huyo decidido al incierto campo de la duración.

 

Peter Handke en Poema a la Duración.


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