"La sustancia": El terror de lo igual | MÁS LITERATURA

 

resumen de La sustancia


La sustancia puede ser considerada como una película que trata el terror de lo igual.  Esto se debe a que, en el filme, se intenta expulsar lo otro, lo que se considera no productivo, lo que está fuera de los estándares de belleza, y lo que no es joven ni atractivo. En otras palabras, se intenta expulsar lo distinto y, en consecuencia, el individuo no se convierte en algo original sino sólo en la repetición de algo que ya existe y que no renueva nada. 

Por estos motivos, en la película todo sigue siendo igual. La protagonista no cambia de empleo ni se cambia de gabardina, incluso las imágenes que se otorgan en el filme siguen siendo las mismas, por ejemplo, podemos recordar los pasillos de El resplandor, podemos contemplar las escenas de desastre de Carrie o simplemente podemos contemplar una parodia de Las brujas

En este sentido, todo sigue siendo igual hasta llegar a lo absurdo. Por tanto, la película La sustancia no trata nada nuevo y, paradójicamente, esa es su función: criticar la continua elaboración de tramas con las mismas imágenes sin otorgar nada nuevo a la audiencia. 

Por tanto, Byung Chul Han en su libro La expulsión de lo distinto menciona que en "Los tiempos en los que existía el otro se han ido. El otro como misterio, el otro como seducción, el otro como eros, el otro como deseo, el otro como infierno, el otro como dolor va desapareciendo. Hoy, la negatividad del otro deja paso a la positividad de lo igual".

De esta manera, la trama, los personajes e incluso los cuerpos sólo buscan parecerse a sí mismos. No por nada, la protagonista trabaja en un programa que busca esculpir el cuerpo, entregando un estereotipo inalcanzable a su audiencia y convirtiendo al cuerpo en un objeto que se rebela ante su propio yo. Y es que eso significa objeto, rebelarse contra sí mismo. Byung Chul Han lo define de la siguiente manera: "La palabra «objeto» procede del verbo latino obicere, «arrojar contra», «reprochar» o «recriminar». Es decir, el objeto es, antes que nada, algo contrario que se vuelve contra mí, que se me arroja y se me contrapone, que me contradice, que es reacio a mí y me ofrece resistencia. En eso consiste su negatividad. Esta connotación del objeto todavía se conserva en la palabra romance «objeción», que también significa reparo o discrepancia". 

Y tras esta larga explicación, se puede decir que La sustancia trata de una crítica a la sociedad de lo igual, la cual llega a caer en lo grotesco tras convertir al cuerpo en un objeto que, a través del tiempo, se puede volver en nuestro propio enemigo. 


Artículo Anterior Artículo Siguiente