EL SIGNIFICADO DE
LA POESÍA
T. S. ELIOT
Cuando comencé a pensar en lo que
diría a ustedes esta noche, sólo quería expresar de manera sencilla mi
apreciación del alto honor que la Academia Sueca juzgó oportuno conferirme.
Pero hacer esto adecuadamente se demostró como una tarea nada simple: mi
trabajo es con las palabras, aunque las palabras estaban fuera de mi control.
Indicar simplemente que era consciente de estar recibiendo el honor internacional
más alto que puede conferirse a un hombre de letras sería sólo decir lo que
todos ya sabemos. Confesar mi propia indignidad sería poner en duda la sabiduría
de la Academia. Alabar a la Academia podría sugerir que yo, como crítico literario,
aprobaba el reconocimiento otorgado a mí mismo como poeta. Por lo tanto, ¿puedo
preguntar que se dio por sentado que experimenté, al saber de este premio otorgado
a mí, todas las emociones normales de exaltación y vanidad que puede esperarse
que cualquier ser humano sienta en un momento así, con deleite por el halago y
exasperación por la inconveniencia de convertirse de la noche a la mañana en
una figura pública? Si el premio Nobel fuera similar en naturaleza a cualquier
otro premio y simplemente más alto en grado, aún trataría de encontrar palabras
de apreciación: pero, puesto que es diferente en naturaleza a cualquier otro,
la expresión de los sentimientos pide recursos que el lenguaje no puede
suministrar.
Debo por lo tanto tratar de
expresarme de una manera indirecta, presentando a ustedes mi propia
interpretación del significado del premio Nobel de Literatura. Si fuera
simplemente el reconocimiento del mérito o del hecho de que el prestigio de un autor
ha sobrepasado las fronteras de su propio país y su propio idioma, podríamos decir
que difícilmente algunos de nosotros en cualquier tiempo es, más que otros, merecedor
de ser distinguido de tal manera. Pero encuentro en el premio Nobel algo más y
algo diferente a semejante reconocimiento. Me parece más la elección de un individuo,
escogido de vez en cuando de una nación u otra, y seleccionado por algo así
como una obra de misericordia, para jugar un papel singular y convertirse en un
símbolo peculiar. Se lleva a cabo una ceremonia, mediante la cual una persona
es repentinamente investida de una función que no había cumplido antes. Así
pues, la cuestión no es si era merecedor de ser escogido sino más bien si puede
desempeñar la función que ustedes le han asignado: la función de servir como
representante, hasta donde cualquier hombre puede serlo, más allá de la
importancia y el valor de su obra.
La poesía es usualmente
considerada la más local de todas las artes. La pintura, la escultura, la
arquitectura, la música, puede disfrutarlas todo aquel que vea o escuche. Pero
el lenguaje, especialmente el lenguaje de la poesía, es un asunto diferente. Podría
parecer que la poesía separa los pueblos en lugar de unirlos.
Por otra parte, debemos recordar
que mientras el lenguaje constituye una barrera, la poesía en sí misma nos da
una razón para tratar de salvarla. Deleitarse con un poema derivado de otro
idioma es disfrutar una comprensión del pueblo al que pertenece ese idioma, una
comprensión que no podemos conseguir de otra manera. Podemos pensar también en
la historia de la poesía en Europa, y en la gran influencia que la poesía de
una lengua puede ejercer sobre otra; debemos recordar la inmensa deuda de casi
todo poeta grande a escritores de otras lenguas diferentes a la suya; podemos
revelar que la poesía de cualquier país y cualquier lengua declinaría y perecería
si no fuera alimentada por la de lenguas extranjeras. Cuando un poeta habla a
su pueblo, las voces de todos los creadores de otras lenguas que han tenido influencia
en él también están hablando. Y al mismo tiempo, él está hablando para los jóvenes
poetas de otras lenguas y estos transportarán algo de su visión de la vida y algo
del espíritu de su pueblo hacia el de ellos. En parte a través de su influencia
sobre otros, en parte a través de la traducción, que debe ser también una
especie de recreación de su obra por otros poetas, en parte a través de los
lectores de su lengua que no son ellos mismos poetas, el poeta puede contribuir
a la comprensión entre los pueblos.
En el trabajo de cada poeta habrá
ciertamente mucho que puede atraer sólo a aquellos que viven en la misma región
o hablan su misma lengua. Pero, a pesar de todo, hay un significado para la
frase «la poesía de Europa», e incluso para la palabra «poesía» en todo el
mundo. Pienso que, en la poesía, gentes de diferentes países y diferentes
idiomas —aunque aparentemente sólo a través de una pequeña minoría en cada
país— adquieren una compresión de los otros que, aunque parcial, es todavía esencial.
Y entiendo la concesión del premio Nobel de Literatura, cuando se le otorga a
un poeta, primordialmente como una afirmación del valor supranacional de la poesía.
Para hacer esta aserción, es necesario de vez en cuando designar a un poeta: y estoy
aquí de pie ante ustedes, no por mis propios méritos, sino como un símbolo, para
una época, del significado de la poesía.
Discurso del Premio Nobel de
Literatura que T. S. Eliot brindó en 1948.