Las películas
hollywoodenses han retratado la muerte de Romeo y Julieta como un suceso muy romántico. Por ejemplo, en el filme Romeo
+ Juliet (Baz Luhrmann, 1996), los amantes de Verona tienen el tiempo
suficiente para conversar, confesar su amor y llorar en su lecho de muerte.
Incluso Julieta besa los labios de la persona que ama para intentar absorber un
poco de veneno.
Esta
construcción narrativa es propia del cine. Sin embargo, genera una imagen
poderosa en el inconsciente colectivo de las personas, donde se cree que Romeo
y Julieta murieron por amor.
Lamentablemente, en la literatura es distinto, los amantes de Verona murieron por sucesos aleatorios y, hasta cierto
punto, ridículos.
En la obra Romeo y Julieta, de William Shakespeare, Julieta no desea tener un matrimonio arreglado con el Conde Paris,
porque ella quiere estar con su amado Romeo. Entre su desesperación, busca
consejo de Fray Lorenzo, quien al ver a la joven con motivos suicidas, decide elaborar
un plan para que Julieta se reúna con Romeo:
Oye, entonces: vuelve a casa, permanece alegre, da consentimiento a casarte con Paris: mañana es miércoles; mañana por la noche procura acostarte sola, sin dejar que tu ama se acueste contigo en tu cuarto: toma este frasquito cuando estés en la cama, y bebe este licor destilado; en seguida, por todas tus venas, correrá un humor frío y decaído, pues el pulso no conservará su movimiento natural, sino que se detendrá; ningún calor ni aliento atestiguará que vives: las rosas de tus labios y mejillas se marchitarán en pálidas cenizas; caerán las ventanas de tus ojos, como cuando la muerte cierra el día de la vida; todas las partes, privadas del ángel gobierno, parecerán como muertas, rígidas, duras y frías; y en esa prestada semejanza de muerte yerta, continuarás viviendo veinticuatro horas, despertando después de un grato sueño. Entonces, cuando llegue el novio por la mañana para hacerte levantar de la cama, estarás allí muerta: y, según es costumbre de nuestro país, se te llevará, destapada en el ataúd, con tus mejores galas, a esa antigua bóveda donde yacen todos los de la familia Capuleto. Mientras tanto, antes de que despiertes, Romeo sabrá nuestro proyecto por cartas mías, y vendrá acá: él y yo velaremos tu despertar, y esa misma noche te llevará Romeo de aquí a Mantua. Y eso te librará de esta vergüenza presente, si no hay capricho inconstante ni temor femenino que hagan decaer tu valor al realizarlo.
Romeo y Julieta. William Shakespeare.
Romeo se
encontraba en Mantua, porque asesinó a Teobaldo (el primo de Julieta) y fue
desterrado de Verona, por lo que se refugió en dicho lugar. En esa ciudad, Romeo
recibía las instrucciones de Fray Lorenzo vía correo. Sin embargo, la carta más
importante en donde indica el plan de Julieta, no la recibe.
Baltasar
(sirviente y amigo de Romeo) se entera de la supuesta muerte de Julieta y se la
comunica a Romeo. El joven Montesco decide comprar veneno con un boticario y
verificar que la información que le ha dado Baltasar es verdadera. Así que va
al panteón de los Capuleto.
Estando en ese lugar,
se encuentra a Paris, discuten, se enfrentan y el joven Montesco lo mata; luego
halla a Julieta dormida. Sin embargo, Romeo no sabe que está dormida por la
poción que le dio el fraile; él cree que ella está muerta. Así que bebe el
veneno y muere.
Tiempo después,
despierta Julieta y lo primero que ve es el cuerpo de Romeo sin vida. Al
escuchar ruido del exterior, tiene miedo y toma el puñal de su amado: se lo
entierra. Ella muere.
Los amantes
nunca tuvieron tiempo para dedicarse palabras de despedida, nunca pudieron
comunicarse correctamente (la última carta no llegó). Es decir, el cine siempre
ha contado una versión en donde los amantes de Verona se despiden.
La verdad literaria es que
Romeo y Julieta murieron por situaciones sin sentido, sin romance, con mucha
tragedia, como es el estilo de William Shakespeare.