Hermann Hesse: la educación anhela la felicidad | MÁS LITERATURA

 


pensamientos de Hermann Hesse


La verdadera formación no es formación para un fin, sino que, como todo anhelo de perfección, tiene sentido por sí misma. Así como el deseo de fuerza física, destreza y belleza no tiene ninguna finalidad, cual podría ser la de hacemos ricos, famosos o poderosos, sino que lleva en sí la propia recompensa, la recompensa de avivar el sentimiento vital y la confianza en nosotros mismos, de hacernos más felices y alegres y de darnos una mayor sensación de seguridad y salud, tampoco el ansia de «formación», es decir, de perfeccionamiento espiritual e intelectual, es un camino trabajoso hacia fines bien delimitados, sino una ampliación benefactora y vigorizante de nuestra conciencia, un enriquecimiento de nuestras posibilidades de vida y felicidad. Por eso la verdadera formación, al igual que la formación física, es satisfacción y estímulo a un tiempo, está siempre en la meta sin hacer jamás un alto; es estar de camino en lo infinito, resonar en el universo, convivir en lo atemporal. Su fin no es potenciar tal o cual capacidad, sino que nos ayuda a darle un sentido a la vida, a interpretar el pasado, a estar abiertos al futuro.

Hermann Hesse. Escritos sobre literatura I.


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