PROMONTORIO
El alba de oro y la trémula noche
sorprenden a nuestro brick en alta mar frente a esta Villa y sus dependencias,
que forman un promontorio tan extenso como el Epiro y el Peloponeso o como la
gran isla del Japón, ¡o como Arabia! Fanums que ilumina el retorno de las
teorías, inmensas vistas de la defensa de las costas modernas; dunas ilustradas
con flores cálidas y con bacanales; grandes canales de Cartago y Embankments de
una Venecia turbia; blandas erupciones de Etnas y grietas de flores y de aguas
de glaciares; lavaderos rodeados de álamos de Alemania; taludes de parques
singulares inclinando copas de Árboles del Japón; las fachadas circulares de los
«Royal» o de los «Grand» de Scarbro' o de Brooklyn; y sus railways flanquean, ahondan,
dominan las disposiciones de este Hotel, elegidas en la historia de las construcciones
más elegantes y colosales de Italia, de América y de Asia, cuyas ventanas y
terrazas llenas ahora de luces, bebidas y ricas brisas, están abiertas al espíritu
de los viajeros y los nobles — que permiten, en las horas del día, a todas las tarantelas
de las costas, — e incluso a los ritornelos de los valles ilustres del arte, decorar
maravillosamente las fachadas del Palacio. Promontorio.
ARTHUR RIMBAUD