El taco es uno de
los principales platillos de la comida mexicana y es internacionalmente reconocido
por su sencilla preparación, que consiste en colocar carne en medio de la
tortilla, cebolla, cilantro y gotas de limón. Sin embargo, el taco es un concepto gastronómico más amplio, porque se le puede colocar verdura, frijoles, hongos, queso, o solamente
un poco de sal para envolver la tortilla y disfrutarla con un plato de consomé.
La fecha exacta
del origen del taco es incierta, aunque se sabe que este platillo proviene de épocas
prehispánicas. Existen diversas hipótesis sobre su etimología, hay quienes
mencionan que la palabra proviene del vocablo náhuatl tlahco, que tiene
como significado “en medio o mitad”. Hay otras hipótesis en donde se menciona que
taco viene de una antigua manera de referirse a la tortilla en náhuatl: quauhtaqualli.
No obstante, esta palabra era tan difícil de pronunciar para los españoles que
decidieron acortarla con la palabra taqualli.
Hay quienes
mencionan que la palabra taco proviene del siglo XVIII, particularmente cuando los
trabajadores de las minas de plata de Real del Monte debían envolver papel con
pólvora para usarse como explosivos. A este tipo rollos, los mineros los conocían
como tacos.
En fin, hay
muchas especulaciones sobre el origen de la palabra y, sin embargo, todos sus
significados son inocentes y bastante nacionalistas. Y esto lo sabía muy bien
Salvador Novo, quien era un gran estudioso de las obras escritas por los
españoles durante el siglo XVI y XVII.
En esos siglos,
los religiosos y algunos aventureros describieron a profundidad las costumbres
de los antiguos nahuas para hacerle saber a los reyes españoles lo que sucedía
en el Nuevo Mundo. Gracias a diversos escritos, se puede conocer cómo era la
religión de los mexicas, cuáles eran sus costumbres, qué tipo de gobierno
tenían y, aunque parezca extraño, también se pudo saber qué era lo que comían.
Con esta
información, Salvador Novo escribió diversos ensayos sobre las curiosidades del
antiguo México, su libro lo tituló Las Locas, El Sexo y Los Burdeles. En
dicho texto se encuentra el ensayo “Del Taco al Sándwich. Con Estación en la
Torta Compuesta”, donde menciona diversas etimologías de la lengua náhuatl que,
al final, componen la palabra taco, que significa: miembro masculino.
Aquí, un breve
fragmento de su ensayo:
BUSQUEMOS, ante todo, la etimología
del taco. Lo más aproximado como sustantivo que nos ofrece el vocabulario de
Molina es Tácol, el hombro. Tacolchimal, el hueso de la espalda (puesto que
chimalli, como sabemos, es escudo); Tacolnacayo, pulpejo del brazo (clavo:
nácatl es carne); Tacolpan, en los hombros (pan, encima de); Tacoltzonyo, los
pelos encima de los hombros (tzontli, pelo).
Pero hay también Tacayo, el caño de la
vejiga. ¿El miembro, pues? Ayotl es agua. La radical de este compuesto sería
así Tácol-el hombro del agua: puesto que el hermosamente metafórico nombre del
miembro viril es tototl tepulli-pájaro verga; y que también se dispone de tepulacayotl
para designar a ese apéndice, con alusión (ayotl) al agua que por él se
expulsa; y que para el humor o simiente de varón, usamos tepulayotl, jugo de
hombre.
Tecaliui, estar desollado, o rozado,
de algún golpe que me di. Ya vamos acercándonos, Tacapiliui, tener señales de
ataduras de cordeles en los brazos, o en otra parte. Tacaxpolhuia, allanar o
henchir de tierra la hoya del árbol de alguno, o cosa semejante; Tacaxpoloa,
henchir de tierra el hoyo que tiene al pie el árbol. Tacaxxotia, excavar
árboles.
Conjuguemos estos elementos y
tendremos, con las señales de ataduras, una especie de verga (Tacayo) que ha
sido henchida (polhuia, poloa), no necesariamente de tierra.
Tendremos el taco, en su más simbólica
etimología mexicana.