PARA UN NIÑO SIN PADRE
Muy pronto notarás una ausencia
Creciendo a tu lado, como un árbol,
Un árbol de muerte, desvaído, un eucalipto australiano—
Pelándose, castrado por un rayo— una ilusión,
Un cielo como el trasero de un cerdo, una absoluta falta de atención.
Pero ahora mismo estás embobado, Y a mí me encanta tu estupidez,
Su ciego espejo.
Me asomo a él
Y sólo encuentro mi rostro, y a ti eso te parece divertido.
Me hace mucho bien verte así,
Asiéndote a mi nariz como al peldaño de una escalera,
Pues puede que un día toques lo que no debes,
Las pequeñas calaveras, las devastadas colinas azules, el espantoso silencio.
Hasta entonces, tus sonrisas son un tesoro descubierto.
SYLVIA PLATH