DEL PORQUÉ DE LAS PLAYAS
El hombre que camina y no sabe lo que busca se ha declarado arena
y podría sentirse sol entre las algas y los ripios.
¡Loco acantilado consumido y no acostado nunca!
Porque la playa es un lugar de ciertos sueños
hacia donde migra la cabeza del enigma
y se hace sal el universo.
Atrás quedan las gaviotas, el agujero de las nubes.
Esas aguas se conservan entre el viento.
Alguien que ha jugado y se ha dormido
ya es el cielo.
se ha tomado de si mismo
en un abismo mudamente coloreado de cerezas.
Nadie descubre al hombre solo que no busca lo que quiere,
pero desde adentro sabe transformar.
A veces se comporta como un último lugar.
Porque sí, desde hace mucho.
Hasta que el agua haga dientes y riquezas
y le socave el vientre de los nidos
y los ojos casi carne del éter
y el hombre ya no esté.
Por más que se lo quiera buscar, no esté
ni como piel, ni como piedra,
o esté jugando a ser como la roca.
y podría sentirse sol entre las algas y los ripios.
¡Loco acantilado consumido y no acostado nunca!
Porque la playa es un lugar de ciertos sueños
hacia donde migra la cabeza del enigma
y se hace sal el universo.
Atrás quedan las gaviotas, el agujero de las nubes.
Esas aguas se conservan entre el viento.
Alguien que ha jugado y se ha dormido
ya es el cielo.
se ha tomado de si mismo
en un abismo mudamente coloreado de cerezas.
Nadie descubre al hombre solo que no busca lo que quiere,
pero desde adentro sabe transformar.
A veces se comporta como un último lugar.
Porque sí, desde hace mucho.
Hasta que el agua haga dientes y riquezas
y le socave el vientre de los nidos
y los ojos casi carne del éter
y el hombre ya no esté.
Por más que se lo quiera buscar, no esté
ni como piel, ni como piedra,
o esté jugando a ser como la roca.
LUIS ALBERTO SPINETTA