En el poema “Mannahatta”, de Walt Whitman nos ofrece una visión amplísima sobre un Manhattan de finales del siglo XIX. En este distrito de New York, el poeta vivió por dos décadas (1848-1868) y, durante su estancia, observó la transformación industrial y económica de esa región norteamericana.
En cada uno de los versos de “Mannahatta", el poeta estadounidense narra, a través de imágenes, cómo Manhattan fue uno de los principales lugares en el que muchos inmigrantes -de todas partes del mundo- arribaron para (re)comenzar su vida.
Asimismo, nos comparte una visión de la sociedad norteamericana decimonónica, en donde los marineros, los usureros y los trabajadores laboraban día y noche para construir uno de los más importantes distritos de New York.
Aquí compartimos el poema “Mannahatta”, de Walt Whitman.
Mannahatta, un poema de Walt Whitman
Estaba pidiendo algo específico y perfecto para mi ciudad,Por lo cual, ¡he aquí! Surgió el nombre aborigen.
Veo que la palabra de mi ciudad es esa palabra de antaño,
Porque veo esa palabra anidada en nidos de agua de bahías, espléndida,
Rica, rodeada de barcos de vela y de vapor, una isla de dieciséis millas de largo, sólidamente fundada,
Sinnúmero de calles abarrotadas, altos crecimientos de hierro, esbeltos, fuertes, ligeros, espléndidamente levantados hacia cielos despejados,
Mareas rápidas y amplias, bienamadas por mí, hacia el atardecer,
Las corrientes marinas que fluyen, las pequeñas islas, largos archipiélagos, las cumbres, las villas,
Los innumerables mástiles, los buques en la costa blanca, los mecheros, los ferris, los oscuros buques marítimos bien elaborados,
Las calles del centro de la ciudad, los negocios de los usureros, los negocios de los comerciantes de barcos y los corredores de dinero, las calles-ríos,
Inmigrantes arribando, quince o veinte mil en una semana,
Las carretas transportando mercancías, la carrera viril de los jinetes, los marineros de cara morena,
El aire de verano, el brillante sol radiante y las nubes navegantes en lo alto,
Las nieves invernales, las campanas de los trineos, el hielo quebrado en el río, subiendo o bajando con la marea alta o baja,
Los mecánicos de la ciudad, los maestros, bien educados, de bellos rostros, mirándote directamente a los ojos,
Aceras atestadas, vehículos, Broadway, las mujeres, las tiendas y espectáculos,
Un millón de personas —modales libres y soberbios—voces abiertas—hospitalidad—los jóvenes más valientes y amables,
¡Ciudad de aguas cristalinas y apresuradas! ¡Ciudad de torres y mástiles!
¡Ciudad anidada en bahías! ¡Mi ciudad!
Mannahatta, a poem by Walt Whitman
I was asking for something specific and perfect for my city,
Whereupon lo! upsprang the aboriginal name.
Now I see what there is in a name, a word, liquid, sane, unruly, musical, self-sufficient,
I see that the word of my city is that word from of old,
Because I see that word nested in nests of water-bays, superb,
Rich, hemm'd thick all around with sailships and steamships, an island sixteen miles long, solid-founded,
Numberless crowded streets, high growths of iron, slender, strong, light, splendidly uprising toward clear skies,
Tides swift and ample, well-loved by me, toward sundown,
The flowing sea-currents, the little islands, larger adjoining islands, the heights, the villas,
The countless masts, the white shore-steamers, the lighters, the ferry-boats, the black sea-steamers well-model'd,
The down-town streets, the jobbers' houses of business, the houses of business of the ship-merchants and money-brokers, the river-streets,
Immigrants arriving, fifteen or twenty thousand in a week,
The carts hauling goods, the manly race of drivers of horses, the brown-faced sailors,
The summer air, the bright sun shining, and the sailing clouds aloft,
The winter snows, the sleigh-bells, the broken ice in the river, passing along up or down with the flood-tide or ebb-tide,
The mechanics of the city, the masters, well-form'd, beautiful-faced, looking you straight in the eyes,
Trottoirs throng'd, vehicles, Broadway, the women, the shops and shows,
A million people—manners free and superb—open voices—hospitality—the most courageous and friendly young men,
City of hurried and sparkling waters! city of spires and masts!
City nested in bays! my city!