¿La literatura es para el pueblo? Esta pregunta parece un poco absurda. Sin embargo, no lo es tanto si recordamos la antipoesía de Nicanor Parra y el contexto histórico de la literatura del siglo XX. Para el poeta chileno, las obras de diferentes escritores de su época, principalmente Neruda y Borges, se estaban alejando de la comunicación popular, generando así, una supuesta “alta cultura”, donde las personas con ciertos estudios sólo podían analizar de manera profunda las obras que se desarrollaban por dichos artistas.
él te ofrece el recuerdo de una flor amarillavista al anocheceraños antes que tú nacierasinteresante puchas que interesanteen cambio yo no te prometo nadani dinero ni sexo ni poesíaun yogur es lo + que podría ofrecerteNicanor Parra: “Quédate con tu Borges”
En este sentido, Parra recurrió a la antipoesía para recordar que una parte de la literatura proviene de la tradición oral, principalmente de los rapsodas y los juglares, dos figuras muy importantes en la Antigua Grecia y en la Edad Media, pues con sus narraciones, daban noticias a toda la gente que se acercaba a ellos. Es decir, la literatura, en primera instancia, era dirigida para el pueblo, debido a que muchas personas de esas épocas no sabían leer o escribir.
Tras esta revisión histórica, Parra observó que, en el siglo XX, el arte se estaba normatizando demasiado y pocos tenían acceso a él. En consecuencia, ya no se hablaba de poesía, de pintura o de música en un término general, sino de Alta cultura y de Cultura vulgar, con esto se generaba una polarización en el arte.
Por tanto, el poeta chileno estuvo en contra de todo esto y decidió crear antipoesía, recordando que el lenguaje poético se genera a través de la cotidianidad, en las situaciones comunes y en el humor.
Por esos motivos, Parra se mofa de todos los poetas y artistas que se hacían los exquisitos y los únicos. Y, en este sentido, la antipoesía generaba una crítica histórica hacia el mismo sistema de producción del arte.