Leonora Carrington: nazismo, psiquiatría y surrealismo | MÁS LITERATURA

 

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Por: Ian Yetlanezi Chávez Flores*

Leonora Carrington (1917-2011) es una de las máximas representantes del movimiento surrealista. Nació en el seno de una familia aristócrata inglesa y, durante sus primeros años, habitó en un castillo conocido como Crookhey Hall, que se encontraba en el poblado de Clayton Green. La arquitectura de este lugar tiene tintes góticos, rodeando sus paredes con la inmensidad de la naturaleza y el intenso color verde de los bosques y el césped.

Este sitio lo plasmó en su cuadro Crookhey Hall, donde lo místico, lo fantasmal y lo surrealista se combinan de manera perfecta, porque se observan diversos seres que huyen, espantan o se dirigen a un castillo lejano, que mantiene las luces apagadas. 

Crookhey Hall Leonora Carrington
Crookhey Hall, Leonora Carrington (1986).


Por otra parte, Leonora Carrington mostró una visión distinta del castillo en su cuadro Green Tea, en el que representa visualmente su cuento “La Dama Oval”. En dicha narración, Lucrecia, “una dama muy alta y muy delgada”, se convierte en un equino blanco para jugar con su caballo de madera, su urraca y una mujer que entró misteriosamente a una casa demasiado aristócrata. Sin embargo, su padre se entera de que es libre y, por tanto, la castiga y quema su caballo. Todos estos elementos se encuentran en Green Tea, pues existe una mujer muy alta al frente, dos caballos y una gran cantidad de naturaleza rodeando al personaje.

Green Tea Leonora Carrington
Green Tea, Leonora Carrington (1942).

A pesar de haber nacido en un lugar que parece de cuentos de hadas, su infancia no fue tan mágica, debido a que su familia quería que aprendiera los modales y valores de la aristocracia. En consecuencia, la pequeña Leonora Carrington fue enviada a diversas escuelas para que tuviera la mejor educación. Sin embargo, la insistencia de su familia por mejorar los modales de Leonora, ocasionaron que la joven comenzara a ejercitar la imaginación con la literatura fantástica y la mitología celta. Esto generó un gran revuelo en las escuelas religiosas, porque decidieron expulsarla.

Después de varios intentos fallidos de continuar sus estudios, la familia de Carrington decidió enviarla a París para que terminara con su respectivo aprendizaje escolar. Durante este tiempo, la joven inglesa conoció a un profesor que le enseñó a dibujar de manera realista.

A la edad de 18 años regresa a Inglaterra, y comienza sus estudios artísticos en la Academia Ozenfant, que era dirigida por Amédée Ozenfant, un pintor purista dentro de la vanguardia cubista. Esto fue un gran comienzo para Carrington, porque comenzaría a indagar profundamente sobre el arte vanguardista, que tenía como representantes a Braque, Picasso y el grupo de los surrealistas.

Tiempo más tarde, cuando Leonora Carrington tenía 20 años, realizó un viaje a París. En esta ciudad francesa, conoció a Max Ernst, él ya contaba con 47 años, estaba casado y era bastante reconocido en el mundo del arte por formar parte del grupo de los surrealistas. A pesar de que el padre de Leonora Carrington no aprobara esta relación, ellos adquirieron una casa en Saint-Martin-D’Ardèche y comenzaron una vida juntos.

Carrington y Ernst


En la fachada de su hogar se observan los nombres que ellos utilizaban en sus juegos de rol. Max Ernst se hacía llamar Loplop, mientras Leonora Carrington se nombró Desposada del viento. Este tipo de juegos indicaba la felicidad que tuvieron los artistas durante 1938. Sin embargo, un año después, todo terminó, porque los nazis ocuparon Francia y arrestaron a todos los extranjeros que consideraban hostiles, entre ellos a Ernst, quien fue enviado al campo de concentración de Les Milles.

Esta situación desestabilizó mental y anímicamente a Leonora Carrington, quien tuvo que huir a España. En dicho país, su padre internó a Carrington en el hospital psiquiátrico de Santander. El diario El País publicó un artículo en 2017, en el que Javier Martín Domínguez recuperó las dolorosas palabras de la artista sobre esta horrenda etapa de su vida:

No sé cuánto tiempo permanecí atada y desnuda. Yací varios días y noches sobre mis propios excrementos, orina y sudor, torturada por los mosquitos, cuyas picaduras me pusieron un cuerpo horrible: creí que eran los espíritus de todos los españoles aplastados, que me echaban en cara mi internamiento, mi falta de inteligencia y mi sumisión. La magnitud de mi remordimiento hacía soportables sus ataques. No me molestaba demasiado la suciedad.

En 1941, logró escapar de esta institución y se dirigió a Portugal. Instalándose en Lisboa, la Embajada de México reconoció a Carrington como refugiada. Ahí conoció a Renato Leduc, con quien contrajo matrimonio en 1941 y se divorciaron dos años después. En 1942, emigra a México y comienza a entablar una gran amistad con Kati Deutsch y José Horna. En 1944, conoce a Emérico Weisz y contrae matrimonio con el fotógrafo.  

Ya instalada en el continente americano, Leonora Carrington comienza a tener mayor libertad en la creación de su obra artística, entablando amistad con otros artistas que también estaban en el exilio, como André Breton y Remedios Varo.

Su trabajo como escritora, pintora y escultora fue reconocido por todo el mundo. En 2005, el gobierno de México le otorgó el Premio Nacional de Ciencias y Artes. Y, lamentablemente, el 25 de mayo de 2011, muere a los 94 años, por causa de pulmonía, en la Ciudad de México.  


*Ian Yetlanezi Chávez Flores es Licenciado en Letras Latinoamericanas y Maestro en Humanidades por la Universidad Autónoma del Estado de México. Fue asistente de investigación en el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CDMX). Formó parte de un programa de investigación de la Universidad de Harvard (Policy and Institutional Research Program). Asimismo, realizó una estancia de investigación en el Instituto Centroamericano de Estudios Sociales y Desarrollo, en Guatemala. Fundó Más Literatura y ahora dirige dicha revista de divulgación cultural. Ha escrito Voyerismo en las escaleras y Open the door to Centroamérica.

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