El Romanticismo fue un movimiento
artístico y filosófico que se originó en Europa, a finales del siglo XVIII. Se
caracterizó por rechazar contundentemente la creación del arte desde una
perspectiva lógica, porque se buscaba experimentar nuevas formas de
representar y expresar las experiencias humanas. En este sentido, el Romanticismo
surge como una reacción contra el mundo ilustrado, racionalista y utilitarista
de mitad del siglo XVIII.
El Romanticismo se desarrolló principalmente
en Alemania, Suecia y Reino Unido. Entre los artistas de esa época destacan los
pintores Caspar David Friedrich y Carl Gustav Carus; y los compositores Ludwig
van Beethoven y Franz Schubert; así como los escritores Johann Wolfgang von
Goethe, Friedrich von Schiller, Lord Byron, entre otros.
Los conceptos básicos del
Romanticismo son la pasión y la emoción, el sentimiento y la inspiración. Esto
marca una gran diferencia con el espíritu racionalista del siglo XVIII. Al
igual que este último, el Romanticismo se caracteriza por su espíritu rebelde y
combativo. De hecho, el movimiento romántico podría considerarse que se inició
cuando Schiller y Goethe se rebelaron contra la influencia de la filosofía y la
literatura ilustrada.
Al respecto, Enrique Ortiz, en su
libro Breve historia de la literatura universal, indica que el
movimiento artístico alemán, conocido como Sturm und Drang, que en
español podemos traducir como “Tempestad y Tormenta”, es muy importante para
entender el Romanticismo, porque “surge para confrontar con la permanente idea
optimista de progreso por parte de la Ilustración”, rebelándose contra “las
reglas clasicistas (rigurosas causas del constreñimiento de la creación,
prácticamente asfixiada) y con el encumbramiento de la razón (optan por la
expresión libre de emociones y sentimientos como auténticos identificadores de
la naturaleza humana, lo que conducirá a
la búsqueda de la originalidad y, por tanto, a la idea del genio como creador
individual e insustituible)”.
Por tanto, los elementos del
Romanticismo se pueden definir en 5 aspectos fundamentales: pasión, emoción, libertad,
originalidad y subjetividad. Estos elementos no solo se describen en la
literatura y el arte, sino que también estuvieron presentes en la música. Por
ejemplo, el Romanticismo en la música del siglo XIX, se caracterizaba por la
sonoridad de las notas y la melodía. La música romántica, también presenta un
sentimiento de magia y misterio. Además, este tipo de música introduce una gran
cantidad de fuentes sonoras nuevas como el violín solitario y el cuerno.
Por otra parte, sobre el arte, se
pueden encontrar valores como la emoción, la individualidad y la imaginación
que, en su conjunto, se muestran en muchas obras, por ejemplo: El caminante
sobre el mar de nubes, de Caspar David Friedrich, que refleja el espíritu
de la emoción y la pasión contra una naturaleza solemne y precisa, representada
por un mar de nubes. También La libertad guiando al pueblo, de Eugène Delacroix, que muestra al individuo libre e independiente, al igual que Las
penas del joven Werther, de Goethe, donde las emociones de un joven amante
lo llevan hasta el suicidio.
Por último, el Romanticismo se
puede definir como un movimiento artístico que iba en contra de los preceptos
racionalistas que se generaron e imperaron durante la Ilustración. En este
sentido, la búsqueda por reflejar la libertad, las emociones, o la lucha del
individuo en contra de la propia naturaleza, permiten comprender que este tipo
de arte y filosofía intentaba establecer otras normas de pensamiento que, con
el tiempo, influenciaron de manera directa e indirecta a Charles
Baudelaire, los
poetas malditos, y los
vanguardistas.