A pesar de ser uno de los escritores más
reconocidos del mundo, Charles Bukowski tuvo una vida difícil, una vida que le
enseñó a pelear por el arte.
Durante su infancia, Charles fue golpeado
por su padre, ocasionándole heridas severas y daños psicológicos de los que
jamás se recuperaría. Por causa de las palizas, Bukowski dormía boca abajo para no
sentir dolor en su espalda y piernas. Su madre también sufría de maltratos
físicos y psicológicos.
Esto le afectó tanto, que lo reflejó en su poema “A smile to remember”, donde visibiliza la violencia intrafamiliar en la que vivía:
un día los peces dorados murieron, los cinco,
flotaban en el agua, de costado, sus
ojos aún abiertos,
y cuando mi padre llegó a casa, los arrojó al gato,
allí sobre el piso de la cocina, y observamos cómo mi madre
sonrió.
Los años pasaron y Charles continuó con una vida difícil. En su juventud, padeció de un acné severo que le ocasionó problemas de autoestima.
Este episodio de su vida lo lanza a la
soledad y al impulso vital de escribir. Bukowski inició escribiendo relatos breves. Sin embargo, muchos de sus textos terminaron en los botes de basura.
A pesar de todas las dificultades, su
persistencia, su dedicación y su disciplina, lo llevaron a publicar su primer texto
en la revista ‘Story’ (1946), editada por Whit Burnet.
En esta revista, el escritor compartió páginas
con Henry Miller, Jean-Paul Sartre y Federico García Lorca. Sin embargo, esto
no lo hizo saltar a la fama. Su vida como artista no mejoró después de
publicar en ‘Story’.
Bukowski tuvo grandes problemas laborales y
económicos. En ocasiones, no podía pagar el alquiler y debía dormir en la
calle. No tenía trabajos estables, renunciaba o lo corrían de diferentes oficinas, principalmente de la oficina de
correos.
Aunque tenía una vida dura, él
continuaba escribiendo poemas y relatos breves, hasta que, en una ocasión, John Martin descubrió el talento de Bukowski y decidió pagarle 100 dólares mensuales
para que continuara escribiendo.
En ese momento, Charles no era un autor
respetado por lo que una vez dijo: “Tengo
dos opciones, permanecer en la oficina de correos y volverme loco o quedarme
fuera y jugar a ser escritor. He decidido morirme de hambre”.
Afortunadamente, a los 49 años de edad, Bukowski
logró convertirse en el escritor más talentoso de la agencia “Black Sparrow Press”.
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