Por: José Antonio Samamé
La literatura fantástica conforma un vehículo de situaciones objetivas concebidas por el ser humano en su interior como los hechos suscitados en el mundo real, por ende, se erige como mecanismo que propicia involucrarse con una realidad simbólica, imaginada o creada por el hombre. No obstante, durante varios siglos, la literatura fantástica recibió una serie de cuestionamientos por la estricta influencia del pensamiento aristotélico y platónico en occidente, específicamente en la filosofía, ideología, religión como cultura, reflejándose en la adquisición de un acervo de conocimientos procedente de los datos percibidos por los sentidos, por tanto, su repercusión en el aspecto literario implantó dos características esenciales, siendo la verosimilitud y mímesis (imitación fiel de la naturaleza observable), erigiéndose como pilar en la esfera de la literatura moderna, sin embargo, el romanticismo con su enfoque en la subjetividad interior, ampliación profunda del yo, indagación por lo desconocido, enfrenta los planeamientos aristotélicos focalizados en manifestar a detalle la situación real, contexto que coligió la presencia de la literatura fantástica a plenitud (Pujante 39).
En cambio, en el siglo XX se evidenció un rechazo por el realismo literario clásico por manifestar una serie de inconsistencias, incongruencias, ambigüedades como contradicciones, generando polémicas que orientan a buscar nuevos espacios, criticar diversos aspectos que incluyen pragmática, estética, formalismos, fenomenología, entre otros elementos esenciales en la recepción, además los cambios de paradigmas en el lector tienden por obras o relatos que exponen en mayor proporción fenómenos fantásticos. De esta forma, la obra borgiana, expresa una realidad caracterizada por una notable complejidad compuesta por misterios fantasiosos que conllevan a concebirlo como objetivo, manifestándose en el cuento La muerte y la brújula perteneciente del libro Ficciones, el cual, muestra coherencia constructiva en relación al mundo descrito.
La narrativa fantástica sumerge al lector en un escenario denotado por la integración de fenómenos ficticios, misterio, inseguridades, quimeras, acciones ilusorias, entre otros elementos que generan inquietud respecto a la realidad, siendo necesario su articulación con el mundo actual para atraer su lectura hasta el final. Por tanto, constituye un género permisivo en relación con la especificación del misterio, pues no amerita detallarse ese elemento durante la narración ni al concluirse, induciendo a imaginar posibles causas de los hechos dilucidados en la historia, diferenciándose de los relatos de terror por prescindir de un orden que relaciona diversos sucesos ocurridos, causando sensaciones que encaminan a proseguir el análisis del escrito por completo.
Cabe mencionar que, la obra de Edgar Allan Poe se erige como un hito crucial en la literatura norteamericana incorporando diferentes elementos que articularon el mundo real con fenómenos ficticios en su producción literaria, manifestando lazos inquebrantables entre ambas disciplinas que ocasionan una serie de incógnitas, preocupaciones, obsesiones, inquietudes y miedos. Asimismo, sus relatos manifiestan una ideología hostil centrada en ciencias aplicadas como en la tecnología, dado que, resalta su influencia en la destrucción, deterioro ambiental junto a la cultura material, no obstante, en la realidad evita prescindir del viajar por tren o emplear una máquina de vapor que requería en el ejercicio de sus labores profesionales (Jimenéz 29).
Actualmente, la literatura fantástica en América Latina muestra notable participación por exponer diferentes aspectos de la realidad como de las situaciones acontecidas y modernas en mencionado continente, mostrando una estética o estilo diferente a lo mostrado por los relatos de procedencia europea, evidenciándose en la producción literaria de Rubén Darío, Leopoldo Lugones, Silvana Ocampo, Julio Cortázar , Amado Nervo, Macedonio Fernández, Jorge Luis Borges, entre otros escritores que expresan sus aportes referentes a la filosofía del arte de escribir, lo cual, se refleja en su legado que plasma atractivos textos en concordancia con perspectivas más inclusivas. Cabe mencionar que, Cortázar expresa hechos de la realidad cotidiana de manera detallada, amplia, extraordinaria fuera de lo creíble, predominando lo insólito, sorprendente, misterioso, entre otros elementos inmersos que pueden trasladarse en otro escenario no imaginado, lo cual, torna la historia inestable por posibilidad de prescindir recuperar la hipotética normalidad mencionada anterior, registrándose en su obra Historias de cronopios y famas (Caamaño 144).
Acorde con la perspectiva enmarcada en la producción literaria de Cortázar, se registra una concepción de realidad diferente a la expuesta por la literatura realista, dado que, considera un proceso complejo la aprehensión e interpretación del escenario objetivo que capta nuestros sentidos, siendo insuficiente su comprensión a cabalidad. En ese sentido, se amerita del lector un acto de bizarría para enfrentarla pues dilucida una situación irreversible, aunque nos permite vislumbrar con certeza el mundo real que habitamos. Asimismo, la escritora Hernández en sus narraciones representa un mundo que dilucida una realidad insólita, fantasiosa, extraña de gran misterio, cuya escenificación en el relato Color del otoño, expone con sutileza una realidad caracterizada por acciones violentas, sangrientas y siniestras producto de la situación acontecida por la guerra civil suscitada en San Salvador.
Respecto al terror en la narrativa fantástica, es importante mencionar el rol de la criatura como un elemento que establece un reto u obstáculo a superarse, cuya participación resalta los artificios como hazañas a ejecutar el personaje héroe, por tanto, la inclusión de los monstruos en este género prescinden de ocasionar parálisis, temeridad, entre otras sensaciones adversas, enfocándose en dinamizar las acciones presentes en el relato, a fin de mostrar la interacción de entornos con seres sobrenaturales, siendo expuesto por la novela gótica junto a la obra de Lovecraft que dilucida componentes enmarcados en la producción cultural de escritores enmarcados en la renovación épica, dado que, la intervención de Lovecraft en la literatura del terror, colige como un hito crucial que pretende construir un escenario inquietante enfocado en insinuar la ocurrencia de un suceso que cause pavor a un periodo próximo lejano. Una casuística referente a lo explicado corresponde a La extraña casa elevada entre la niebla, relato que evita indicar a detalle el elemento verdaderamente terrorífico, concediendo la atribución de una sombra visualizada sólo por medio de las ventanas de la morada, la cual, se localiza en el filo de un enorme acantilado que exige su acceso a través del imponente océano (Guemes 174).
De esta forma, el elemento terrorífico expuesto por la narrativa fantástica muestra un matiz diferente a Lovecraft, pues se opta por detallar una gama de hechos, acciones, personajes, entre otros factores que enfaticen la dimensión de lo fantástico o sobrenatural, cuyo aspecto se apreciará con la participación o acción de los héroes, no obstante, en diversos cuentos creados acorde con el estilo de Lovecraft, manifiesta la destrucción del monstruo en conjunto con el final de su participación en la historia, en tanto, la narrativa fantástica se enfoca articular componentes sobrenaturales, con un propósito épico.
La incorporación del elemento gótico en la narrativa fantástica se registra con participación de seres espectrales, sobrenaturales, fantasmagórico (sentimiento ilusorio de los sentidos), cuyos matices pretenden ocasionar una serie de sensaciones de temor como asombro, es decir, no involucra personajes preternaturales sino presentan vampiros, hombres lobos, zombis, espíritus, entre otros. En ese sentido, se evidencia en las novelas Frankenstein o Drácula, la aparición del monstruo enfrentado por los héroes, mostrando una trama desde el inicio distinto a la narrativa fantástica, aunque el combate y muerte conciernen a acciones predestinadas e inevitables, pues el héroe asume la responsabilidad de destruir la aberración creada o estimulada. En tanto, la narrativa fantástica se muestra la presentación del ser malévolo ante el personaje principal, optando por batallar hasta derribar el obstáculo en aras de concretar su misión, defendiendo su honor (Guemes 176).
Por ende, en la novela gótica se evidencia la generación de expectativas por el muerto viviente, siendo su aparición determinante que obliga a ejecutar acciones escapatorias de ese personaje, en contraste, la narrativa fantástica contempla hazañas encaminadas a matar ese ser, por tanto, la construcción de una atmósfera dinámica e inquieta se orienta a desarrollar escenarios fantásticos en una esfera de terrible utopía que resalta el fomento de los derechos humanos, dado que, seres del inframundo se reviven en la historia para ofrecer su ayuda a la comunidad en peligro, cuya misión prescinde de infundir miedo a terceros sino una reflexión frente a una realidad encubierta, lo cual, exige a los protagonistas evadir lo sobrenatural porque se manifiesta la presencia de lazos afectivos que impiden lastimarlo como lo expuesto en la obra de Harry Potter y el prisionero de Azkaban.
Desde mi punto de vista, la narrativa fantástica contempla un alto grado de ficción por la creación de atmósferas quiméricas no verosímil como herramienta fundamental que predomina en este género, cuyos mundos descritos se presentan de forma directa e indirecta, siendo desafiados ambos por un contexto con predominio de hechos ilusorios con apariencia objetiva, extrayéndose elementos procedentes de mitos, costumbres, folclore engendrado por diferentes pueblos de procedencia de la cultura griega, romana, escandinava, germana, celta, entre otros, cuya articulación de elementos acatan el principio de coherencia constructiva argumental, mostrando originalidad en el escrito onírico. Cabe enfatizar que, los aspectos fantasiosos no consiguen una explicación certera pues su procedencia deriva de un mundo irreal creado que prescinde de manifestar un trasfondo objetivo, erigiéndose como pieza distinguidora respecto a otros géneros como cuentos fantásticos, ciencia ficción, ucronías, utopías, etc.
En contraste, la literatura de ciencia ficción expresa los anhelos como las temeridades del ser humano por los efectos a evidenciarse por los avances en el ámbito tecnológico y científico, es decir, se relatan historias acerca de viajes a satélites, incursión de seres extraños a la tierra, migraciones a través del tiempo, visitas a estrellas de notable distancia, exploración de recursos en otros planetas, enfrentamientos con seres del espacio desconocidos, tele transportación, entre otros fenómenos o peripecias. Destacando la verosimilitud científica como elemento crucial, pues expone una proyección de hechos a acontecer a futuro, mostrando algunos textos una anticipación certera a fenómenos que suscitaron periodos posteriores, como las catástrofes atómicas, contaminación, bomba de Hiroshima, etc. De esta manera, las revistas de ciencia ficción predominan en los años 50, aunque Estados Unidos impone la extinción de algunas, manteniéndose Galaxy pues expresa tópicos relacionados a la revolución industrial, contaminación, exploraciones espaciales, entre otros temas vigentes (Alvarado 5).
Acorde con lo anterior, la literatura de ciencia ficción manifiesta una visión de acontecimientos a concretarse a futuro en un periodo temporal presente, especificando avances como la esterilización, mutación de seres, holocausto, viajes interestelares, invasión de extraterrestres, etc., así como, cuestionar el progreso, cambios de tendencia, rayos cósmicos, dinámica experimentada en el aspecto tecnológico y científico, por probables represalias que incidan de forma negativa en la continuidad de la comunidad. Sin embargo, en los años 50 se registró amenazas en la producción literaria de textos pertenecientes al género de ciencia ficción por la campaña ejecutada por el alemán Wertham, pues emitía que mencionadas narraciones provocan la adopción de un pensamiento errado junto a la práctica de acciones delincuenciales en niños como adolescentes.
De acuerdo con La ciencia ficción. Historia, ciencia, perspectiva escrita por Scholes y Rabkin, la ciencia ficción no concierne a una aplicación de la ciencia, pues conforma un elemento utilizado en el texto literario, con la finalidad de explorar la mente del hombre, la vida, el mundo actual, enlazando ambos componentes para engendrar la ciencia ficción, la cual, empezó emanó como forma literaria cuando el ser humano concibió un futuro distinto, es decir, una pronóstico de hallazgos, conocimientos, aventuras, mutaciones y peripecias que deslindan del paradigma del antaño como del presente evidenciado, por tanto, se evidencia desde el avizoramiento de acciones a cristalizarse en periodos posteriores, cuyos hechos transcienden los límites prescritos de lo imposible producto de la dinámica de las tendencias manifestadas en el campo tecnológico y/o científico, escenario que conlleva a explorar nuevos rumbos de posible existencia (Alvarado 20).
En relación a la narrativa fantástica peruana en el siglo XX, resalta aspectos como lo extraño, reprimido, transgresivo e irracional, los cuales, se articulan con el universo denotado por la imaginación, sorpresa y deseo, en tanto, se colige como medio orientado a la exploración o búsqueda de un nuevo lenguaje, construcción de atmósferas, personajes, espacios, además de manejos de diferentes tiempos, cuyas matices se derivan de los cuestionamientos de los límites presentes en la cultura respecto a su conocimiento del mundo en el transcurrir de los periodos, a fin de manifestar los cimientos ideológicos que rigen la subjetividad de una época en específico. Por tanto, se aborda la temática fantástica en la producción literaria de Clemente Palma, César Vallejos, Julio Ramón Ribeyro, Abraham Valdelomar, Manuel Mejía, Luis Loayza, José Durand, Rodolfo Hinostroza y Enrique Prochazka, que han manifestado un aporte significativo a la literatura peruana moderna (López, Rodríguez y Susti 1).
Desde mi perspectiva, la literatura fantástica peruana manifestó una preponderancia en el siglo XX, aunque diversos investigadores indican lo contrario, o sea, destacó el realismo en la producción literaria, no obstante, algunos escritores como Abraham Valdelomar en su cuento Finix desolatrix veritae, expresa una historia acerca del fin de los tiempos con involucramiento de elementos oníricos e irreales para la humanidad. De esta manera, la literatura moderna estuvo marcada por relatos fantásticos.
En conclusión, un elemento esencial que confiere vida a los relatos fantásticos corresponden a la verosimilitud, dado que, se registra un quiebre de un aspecto objetivo extraído de la realidad, manifestando la dinámica e inestabilidad de la vida, lo cual, expone un escenario no creíble que constituye un universo ficcional verosímil, factor que induce al lector a ingresar a un mundo adherido a su propia lógica y límites. Asimismo, la narración fantástica moderna se aproximó a la narración policiaca que a exponer relatos relacionados a hadas, lo cual, crean un contexto mirífico con elementos sobrenaturales que imposibilitan ocasionar fracturas significativas en la narración, en cambio, la producción literaria narrativa de Edgar Allan Poe, muestra la vinculación de lo insólito, policiaco con lo fantástico, cuyo universo incluye rupturas sin explicación concebible como racional en todo el texto, insertando seres irreales en una atmósfera denotada por verosimilitud, además de tensión narrativa por el enfrentamiento de lo posible con lo imposible, es decir, generan convicción con el mundo descrito en el lector.
Referencias Bibliográficas
Alvarado, O. «La literatura de ciencia ficción: Una mirada al futuro en tiempo presente.» Revista humanidades (2015): pp. 1 - 21. <https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/5191041.pdf>.
Caamaño, V. «La literatura fantástica y su reescritura en América Latina: un estudio sobre “Color del otoño” de Claudia Hernández.» Revista de Lenguas Modernas(2015): pp. 143 - 158. <https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/rlm/article/download/19674/19753/>.
Guemes, L. La narratva fantástica: caracterización de género y aportación propedéutica. Valencia: Universidad de Alicante, 2016. <https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/59020/.../tesis_luis_felipe_guemes_suarez.pdf>.
Jimenéz, M. Fantasía y realidad en la literatura de ciencia ficción de Edgar Allan Poe. España: Universidad de Castilla - La Mancha, 2013. <https://ruidera.uclm.es/xmlui/bitstream/handle/10578/3392/TESIS%20Jim%c3%a9nez%20Gonz%c3%a1lez.pdf?sequence=1&isAllowed=y>.
López, C., Rodríguez, J. y Susti, A. La narrativa fantástica peruana en el siglo XX. Lima: Universidad de Lima, 2015. <http://repositorio.ulima.edu.pe/bitstream/handle/ulima/3556/Lopez_Degregori_Carlos.pdf?sequence=3&isAllowed=y>.
Pujante, D. «LAS INQUISICIONES DE LA LITERATURA FANTÁSTICA.» Dialnet (2016): pp. 37-63. <https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/5715222.pdf>.