Cuando se escribe o se analiza poesía, siempre escuchamos dos conceptos sumamente extraños: el “Yo poético” y el “Yo lírico”. Sin embargo, a qué se refieren estos dos términos.
Comencemos con el “Yo poético”. Con el uso de este tipo de método o técnica de escritura, el poeta se convierte en el sujeto poético. Es decir, el poeta no necesita inventar personajes para expresar sus pensamientos, sentimientos y experiencias, porque quien habla en el poema es el propio autor. Para lograr esto en los escritos, es necesario que el artista escriba en primera persona del singular, y sea honesto con lo que dice en cada uno de sus versos.
Muchos y muchas poetas utilizaban este método para otorgar un estilo único a la poesía confesional. Por ejemplo, Sylvia Plath en su poema “Soy vertical” utiliza esta técnica cuando utiliza el verbo ser en presente (soy), esto con el objetivo de negar su comparación metafórica con un árbol.
No soy un árbol con las raíces en a tierra
Absorbiendo minerales y amor maternal
Para que cada marzo florezcan las hojas
Por otra parte, en cuanto al concepto “Yo lírico”, también puede ser considerado como un método o una técnica de escritura que utiliza un escritor para crear un sujeto/objeto poético, esto con el objetivo de transmitir lo que siente o piensa. Es decir, el poeta inventa personajes para que ellos hablen por él. Los personajes pueden ser objetos de la naturaleza o seres vivos.
Nota: Hay que tener mucho cuidado de no confundir el “Yo lírico” con la prosopopeya. En la primera se inventa, digamos, un autor; en la segunda, se le otorga cualidades físicas y/o emocionales a las cosas dentro del poema.
Regresando al tema, uno de los poetas que utilizó el “Yo lírico” como su principal recurso literario, fue Fernando Pessoa, pues inventó hasta personajes para que ellos “crearan” sus propios poemarios. Por ejemplo, Pessoa inventó a Álvaro de Campos para que escribiera su poema “Tabaquería”, veamos los primeros versos del poema:
No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Aparte de esto, tengo en mí todos los sueños del mundo.
Teniendo en cuenta estos dos elementos de la escritura creativa, es momento de preguntarse: ¿Cómo escribo mi poema, con un “Yo lírico”, o con un “Yo poético”? La decisión es personal. ¡Es hora de comenzar a escribir!